La N,N-dietil-m-toluamida, comúnmente conocida como DEET, es un compuesto sintético ampliamente reconocido que sirve como ingrediente activo en numerosos productos repelentes de insectos. El DEET se caracteriza por su eficacia para disuadir y repeler diversos insectos, como mosquitos, garrapatas y moscas, que son vectores conocidos de enfermedades como la malaria, la enfermedad de Lyme y el virus de Zika.
Químicamente, el DEET es una amida con la fórmula molecular C12H19NO. Se desarrolló por primera vez en 1946 y desde entonces se ha convertido en la referencia con la que se miden otros repelentes de insectos. El DEET actúa sobre los receptores olfativos de los insectos, enmascarando el olor de los humanos y los animales, que suelen ser atractivos para estas plagas.
Este compuesto se valora por su protección duradera y su estabilidad en diversas condiciones ambientales. Está disponible en diversas formulaciones, como sprays, lociones y cremas, y puede aplicarse tópicamente sobre la piel o la ropa. El DEET también es conocido por su compatibilidad con otros ingredientes activos, lo que permite desarrollar productos polivalentes.
En resumen, el DEET es un repelente de insectos fiable y eficaz, ampliamente utilizado por su capacidad para proporcionar una protección duradera contra los insectos portadores de enfermedades. Sus propiedades químicas y su flexibilidad de formulación lo convierten en un elemento básico en el campo de la protección personal contra insectos.